Al Nordeste de la sierra del Altorey sorprende encontrar en medio del páramo multicolor una zona grisácea, casi negra en la que apenas florece nada y en la que se distinguen varios círculos, como si de bocas de volcán se tratara. Están formados por afloramientos de andresita, roca magmática del periodo Triásico (cuando se formó el Sistema Central) que han sacado a la superficie erupciones y terremotos. De ahi que sean conocidos como cerros volcánicos.
Aquí nace y florece a finales de primavera el geranio del Paular, una planta endémica (el 80% de la población mundial está aquí) y única en Europa. Para protegerla se creó la Microreserva, un espacio natural de 100 Has; uno de nuestros tesoros más preciados. Paneles informativos junto al parking dan todos los detalles y una senda bordea la zona (sin entrar en ella). ¡Ayúdanos a conservarlo!
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