Todos quieren venir a este maravilloso hayedo, el más meridional de Europa, en otoño, a ser posible del 20 de octubre al 30 de noviembre, cuando la caída de la hoja y los colores embriagan al visitante. Pero si quieres que además te emocionen el silencio, el paisaje y la vida natural, cualquier momento es bueno. Así lo reconoce la Unesco, que le ha otorgado el título de Patrimonio natural de la Humanidad.
Un Centro de Interpretación, circos de origen glacial, montañas, 2 ríos de valles profundos, Lillas y Zarzas, con puentes de pizarra, tejos, acebos, abedules, robles y hayas crean un ambiente mágico. Las sendas de Las carretas y del Robledal son oportunidades únicas para fundirte con este bosque animado. Si además vienes al hayedo desde Majaelrayo, por la pista blanca que cruza el Sonsaz, tienes un plus de disfrute inolvidable.
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