
El boto es una tinaja de cuero, flexible y de gran tamaño, donde se guardaba el vino. Hecho con piel de cabra y con el interior impregnado de pez, ahora se imita con cartón fallero. En honor de San Roque, protector ante la peste y patrón de Palazuelos, se enciende hoguera y se produce la “La Quema del Boto”, acto simbólico que recuerda la renovación de la promesa al santo por su intercesión ante la peste.
El origen de esta tradición se remonta al siglo XV; con el paso del tiempo la renovación del voto y la hoguera se sintetizaron en la quema del boto para evitar su pérdida. Colgado del arco de la Puerta de la villa ante la hornacina del santo, insertado en una ventana de la muralla, se le prendía fuego, quedando expuesto. La tradición se mantuvo hasta los 60´s, cuando la despoblación acabó con ella; se recuperó en 1.984.
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